El furancho Moisés está en San Salvador, en la parroquia de Pontellas que pertenece al ayuntamiento de O Porriño. Para llegar tomamos como referencia el circuito de karts de O Porriño en sentido a Pontellas, cuando cruzamos el puente que atraviesa por encima la AP-9 cogemos el primer cruce a la derecha. Subimos por esta carretera sin desviarnos y encontramos el furancho a unos 150 metros aproximadamente.

Lo incluimos en la categoría de furanchos aunque no lo sea de forma estricta, ya que abre todo el año, sirven el vino embotellado y platos de comida que no se permiten en este tipo de establecimientos, pero por todo lo demás se podría considerar un furancho.

Para llegar hay que estar un poco atentos ya que no está muy bien señalizado, e incluso en la puerta de entrada no ves ninguna rama de laurel ni letrero que te indique la entrada. No dispone de parking propio pero hay una finca un poco antes del furancho donde entran algunos coches. El resto tienen que buscarse un poco la vida por el camino.

Este lugar es una parada frecuente de peregrinos, ya que se encuentra a pocos metros del Camino de Santiago portugués.

El ambiente aqui es muy familiar y cuando estás sentado en tu mesa te das cuenta de que prácticamente todo el mundo está hablando entre sí ya que parece que todos se conocen. El dueño no es muy hablador pero sí servicial y amable.

Dispone de varias mesas amplias en una zona exterior, justo enfrente de la casa y debajo de unas parras. Es un buen sitio para ir en grupo. Ya en el interior tiene un comedor con dos mesas amplias con bancos y otras un poco más pequeñas con sillas. Es más espacioso de lo que aparenta desde fuera.

El vino aquí es de cosecha propia pero embotellado. Tienen un blanco muy rico que te lo sirven un vaso bajo y un tinto un poco más peleón que lo sirven en taza. Para acompañar a los vinos te sirven un pincho de lo que tengan ese día.

La comida en el furancho Moisés es una incógnita. Cada día elaboran un palto distinto como plato principal que puede ser un arroz, carne ó caldeiro, merluza a la romana, jureles, lentejas o lo que vean. Todos siempre muy bien cocinados y del día, lo que hace que comer aquí se convierta en un placer. Suelen tener también oreja, zorza, pimientos de Padrón, chorizo o empanada. También tienen café y aguardientes caseros.