El Furancho O Toural se encuentra en el municipio de Vilaboa. Este municipio es conocido por la celebración anual de su singular carnaval, donde destacan las emblemáticas figuras de las «madamas» y los «galanes». Otro evento destacado es la llamada «corrida do galo», en la que los participantes deben atrapar un gallo que actualmente ha sido sustituido por uno de plástico. La fiesta culmina con el «Sermón del carnaval», en el que un predicador realiza un divertido relato de los acontecimientos más destacados que han tenido lugar en la villa a lo largo del año.
Cómo llegar
Llegar al Furancho O Toural es muy sencillo gracias a su proximidad a una de las principales vías de la zona. Si vienes desde Pontevedra o Redondela, toma la carretera que conecta ambas localidades y dirígete hacia el desvío que indica el acceso al puente de Rande por Vilaboa. Una vez tomes este desvío, avanza aproximadamente 300 metros. El furancho se encuentra a mano derecha, en sentido Vilaboa, sin necesidad de abandonar la carretera principal.
Aparcamiento
El Furancho O Toural cuenta con un amplio parking propio, ubicado justo al lado del local. Esto asegura que los visitantes puedan estacionar cómodamente, incluso en horas de mayor afluencia.
Descripción del lugar
El furancho, aunque no es muy amplio, destaca por su ambiente acogedor y familiar, ideal para disfrutar de una buena comida en compañía. Tiene un horario que se adapta perfectamente a planes de fin de semana o festivos, ya que abre de jueves a domingo y en las vísperas de festivos.
La carta
La carta del Furancho O Toural combina tradición y sabor, con una selección de tapas y raciones que destacan por su calidad:
Empanadillas de atún o bacalao.
Tapas tradicionales como tortilla, zorza, raxo, oreja, y chorizo al infierno.
Tabla de embutidos para compartir.
Empanadas de trigo y maíz, elaboradas con un toque casero que no decepciona.
Sus vinos son de buena calidad. El blanco, una mezcla de uva albariño y catalán, resulta en un vino fresco y de gran calidad. El tinto es una combinación de Tempranillo y Mencía, con un equilibrio ideal entre suavidad y cuerpo. Ambos vinos destacan por su sabor y por ser una fiel representación de los vinos caseros gallegos.
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